¿Cuándo dejará la gente de subestimarme? ¿Habrá alguien que realmente me llegue a conocer algún día o se tome en serio lo que digo? ¿Por qué me dejan sola cuando se sabe de sobra que no se me puede dejar sola en ningún momento y bajo ningún concepto? Todo acto tiene una consecuencia. Esta vez, entre que me han confundido con otra (¡gracias! ahora “Campanilla” tiene nombre y apellido) y que he encontrado aquí un catálogo de “pruebas irrefutables” de que ni soy especial porque para eso hace falta tener cierta exclusividad y digamos que carezco un poco de eso, además de que para que algo sea especial es necesario que no abunde, y digamos que de eso va más que sobrado. No me costó ni un mísero día enterarme sobre el tema. En fin, una vez más tengo que aguantar las tonterías y empeños de la gente en hacerme creer cosas que no son con lo que odio que me mientan. Cierto era cuando me dijo que no confiara en él. Otra vez vuelvo al punto 0 y otra vez me vuelvo a sentir como una más, tan normal y corriente como la anterior. Si fuera especial, como dice, ¿de qué me valdría serlo si así también tiene otras tantas? No tendría ni el más mínimo sentido tal nivel de estupidez. No se qué me duele más, si sentirme traicionada, que no pueda tener ni un mínimo de confianza en él, o que me sienta como una cualquiera. En tales casos, estoy tan acostumbrada a todo que ya ni lloro. No se si eso es bueno o malo. Como ya he dicho en otras ocasiones, la paciencia tiene un límite.

Sabía que esto me pasaría factura en cuanto llegué y que era un error venir. Me dice que yo no “boicotee” su vida, su privacidad y sus cosas pero me trae a un lugar que está marcado por todas partes como quien tiene mascota y lo mea todo para dejar huellas por todas partes (¡gracias nuevamente!). Y luego se extraña la gente de que no lleve a gente a mi casa, y que no me guste ni hacer ni recibir regalos. No se ha podido inventar una cosa más inútil que un regalo como señal de afecto o para recordar. Si alguien quiere recordar a alguien lo hace sin necesidad de mirar algún objeto regalado, y si alguien le quiere mostrar a alguien afecto también puede hacerlo sin necesidad de regalar nada. Un regalo útil podría ser una promesa, aunque también dicen que las palabras se las lleva el viento.

En todo tan triste… Debería existir algún lugar que te hiciera olvidar personas como en ‘Olvídate de mi’, aunque luego nos volvamos a unir por cualquier tipo de conexión que haya mucho más fuerte que cualquier otra cosa y nos volvamos a encontrar, pero sería otro momento, otras circunstancias, otras condiciones, que implicarían cambios en la relación. Tal vez no fuera lo mismo la segunda vez, o la tercera como sería este caso. Tal vez fuera muy diferente. Dicen que cuando una relación termina sin ser zanjada, sin una despedida, sino que se rompe sin más por cualquier tipo de motivo, no está rota y ni siquiera se ha terminado, solo que han desviado los caminos de cada uno para encontrarse más adelante en otro punto. Por otro lado, alguien me dijo una vez que cuando se tiene un elástico del que se tira y se tira por muy elástico que sea se llega a romper en algún momento.

En fin… Sigo con mi teoría de la paciencia, y que sea lo que la mente aguante.



“Dicen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores: uno con el que te casas o vives para siempre, puede ser el padre o la madre de tus hijos… Esa persona con la que consigues la compenetración máxima para estar el resto de tu vida junto a ella… Y dicen que hay siempre, un segundo amor una persona que perderás siempre, alguien con quién naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la química escapan a la razón y te impedirán siempre, alcanzar un final feliz. Hasta que cierto día dejarás de intentarlo… Te rendirás y buscarás a esa otra persona que acabarás encontrando, pero te aseguro que no pasarás ni una sola noche, sin necesitar otro beso suyo o tan siquiera discutir una vez más. Ya sabes de quién que estoy hablando, porque mientras estabas leyendo esto, te ha venido un nombre a la cabeza. Te librarás de él o de ella, dejarás de sufrir, conseguirás encontrar la paz (será sustituido por la calma), pero te aseguro que no pasará ni un solo día en que desearás que este aquí para perturbarte. Porque a veces se desprende más energía discutiendo con alguien a quien amas, que haciendo el amor con alguien a quien aprecias.”


Paulo Coelho.

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