- ¿Por qué lo haces?

- Mi mundo es desastroso, depresivo, solitario, pobre, triste, oscuro, casi negro, una continua mentira donde tengo que fingir siempre que estoy bien; y tú eres una de las pocas cosas que puede hacerme extrañamente y completamente feliz de verdad. Aunque luego, cuando te marches, vuelva a destrozarme en un millón de pedazos y me cueste cada vez más recomponerme. Se que no soy para ti lo que yo quisiera ser. Se que hay más mujeres, más listas e inteligentes, sociables, con mucho más interés que yo en las mismas cosas que tu, que son mucho mejores personas que yo, y muchísimo más guapas que yo, lo cual es muy importante, y te encantan. Yo soy una especie de bicho raro y feo que no encaja para nada en tu mundo. Y aún siendo consciente de todo esto, sabiendo que eres libre, que no eres mío, que llegará el día en el que no vuelva a verte, que lo mejor es cortar por lo sano y dejar de verte antes de que sea demasiado tarde y me perjudique más, no cambiaría por nada del mundo estos pequeños momentos en los que te veo, en los que soy totalmente tuya y completamente feliz. Quiero seguir teniendo estos momentos, quiero seguir recordándolos porque en noches como esta cuando no le veo sentido a nada, recuerdo que te volveré a ver y podré ser feliz otra vez, aunque sea por poco tiempo, pero seré la mujer más feliz del mundo.

- ¿Y que harás el día que yo no esté? Porque llegará ese día tarde o temprano.

- No estaré yo tampoco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario