Todo el día sola sin hacer absolutamente nada, más que ver CCAVM, dibujar y mirar el Facebook. Esto es lo que no me gusta. Me gusta y no me gusta. Me explico, me gusta porque estoy tranquila, serena, nadie me molesta, tengo tiempo para pensar... Pero ese es el problema, que tengo demasiado tiempo para pensar, y en mi cabeza, dadas las preocupaciones y ocupaciones que tengo yo últimamente, surgen las mismas preguntas: ¿dónde estará?, ¿qué estará haciendo?, ¿se habrá acordado de mi?, ¿tendrá cuidado en el que caso de que esté con otra?, y si, casi siempre el dónde estará y el qué estará haciendo también es referido a otras. Siendo sincera, nunca pienso en que pueda estar tomándose una cervecita con los colegas precisamente. Soy un poco retorcida, pero con motivos. Saber lo que hace la otra persona queriendo vivir completamente ajena a ello es lo peor. Me gustaría ser mucho menos lista y ser mucho más ignorante muchas veces. ¿De qué sirve ser sabia, culta y demás cosas sobrevaloradas para mi gusto, si no eres feliz, siempre estás amargada y nunca estás contenta ni conforme con nada?. Yo y mi mente enfermiza no somos capaces de descansar nunca respecto a esos pensamientos. Y así es como un día normal se convierte en el día más largo del mundo y como se transforma en un día de mierda. Vueltas, vueltas y más vueltas. A veces tengo ganas de desconectarme de todo. Cierro Facebook, cierro Skype, no toco el móvil, pero... ¿y si vuelve?, ¿cómo sabe que estoy despierta si vuelve?, ¿y si vuelve y no me habla porque está hablando con personas más importantes e interesantes que yo, qué por cierto hay muchas?, ¿y si se olvida de mi?, ¿y si se ha aburrido ya?. Debería tener el valor suficiente como para desaparecer un tiempo y que me eche de menos. Siempre me ha gustado que las personas me echen de menos porque así es como siento que les importo. 

Vivir así es un asco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario